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Cho Joo Bin (25), principal administrador de las salas de chat de Telegram en las cuales se extorsionó a cientos de mujeres, ha sido condenado a 40 años de cárcel. Considerado como el mayor escándalo sexual de Corea del Sur, Baksa (su usuario en la plataforma de mensajería), chantajeaba a niñas y jóvenes para que se grabaran, y enviaran videos sexuales los que luego se publicaban en salas de chat privadas.

El principal involucrado fue enjuiciado por el Tribunal Central de Seúl: “El acusado ha distribuido ampliamente contenido sexualmente abusivo que creó atrayendo y amenazando a muchas víctimas”. Además de producir videos sexuales abusivos, Cho Joo Bin también fue acusado de violar las leyes que protegen a los niños del abuso sexual. También declaró: “El acusado había atraído y amenazado a múltiples víctimas de diversas formas para producir pornografía y la distribuyó durante mucho tiempo a muchas personas. Él en particular infligió daños irrecuperables a muchas víctimas publicando sus identidades”.
LAS VÍCTIMAS
Según información entregada por la policía de Seúl, serían más de 103 mujeres, entre ellas 26 niñas menores de edad, víctimas de las salas “Nth Room”. Además confirmaron que se distribuyó más de 37 mil videos e imágenes de abuso sexual a más de 260 mil personas que eran usuarios de estas salas de chat de Telegram. Las transacciones de dinero se hicieron a través de las criptomonedas para no ser descubiertos por la policía.
Finalmente, la policía de Seúl reveló que aparte de Cho Joo Bin, al menos 124 sospechosos fueron arrestados y 18 operadores de salas de chat en Telegram, fueron condenados a una pena de prisión de entre 7 y 15 años.
NUEVA LEY
Debido al precedente que ha marcado este caso denominado “Nth Room”, la Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó en abril de este año una serie de leyes para facilitar el enjuiciamiento de los delitos sexuales digitales. Según la nueva ley, quienes posean, compren, almacenen o vean contenido sexual filmado ilegalmente, pueden ser condenados a un máximo de 3 años de prisión o 30 millones de wones.
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